lunes, 3 de agosto de 2009

La función del arte en la institución psiquiátrica - por Guillermo Daguero


Rescato del pasado algunos comentarios familiares que se hacían con lujo de detalles sobre episodios que transcurrían en el psiquiátrico de Oliva.
Uno es el relato que hablaba de aquel interno que pasado el mediodía subía a la dirección del hospital solicitando el diario de la fecha; obtenido el ejemplar, el interno, sentado en un banco de plaza contiguo al directorio, hacia su lectura al mismo tiempo que desojaba el matutino convirtiéndolo en un avión de papel, ( sacaba de su bolso un alambre, armaba una estructura que la cubría con los trozos de diario recortados y con su saliva unía Y daba forma a este objeto-planeador que se suspendía en el aire, haciendo un recorrido de cien metros lineales de vuelo sobre la avenida principal del nosocomio).

Otro era el interno que trazaba grandes ciudades con un pedazo de hierro sobre la superficie de la tierra. Otro el que hacia miniaturas religiosas en madera (a las que les sumaba otros elementos decorativos cualquiera) que tenían poderes curativos. Otro el que reclamaba a viva voz como medicación general en las salas de admisión, que haya volúmenes de papel y lápices para que los nuevos internos (pacientes en crisis, personas recién ingresadas) escriban o hagan allí lo que quieran. Otro es el que hacia con pedazos de carbón en las paredes del garaje unos dibujos espantosos-... eran seres deformes. Rostros desequilibrados, cabezas superpuestas o cabezas de personas que en su interior tenían órganos humanos o elementos (sillas, tuercas, palabras...) algo espantoso-, dibujos sin ton ni son.

Dentro de los mitos, viene arrastrándose desde años el calificativo de monstruo sobre el que padece una enfermedad mental y también monstruoso/ monstruosa, suele ser una frase común, o un modo de referirse a la obra de un artista, cuando éste a trabajado harto y con cierta constancia sobre eso, lo que suele manifestarse en la frase ese artista es un monstruo... tiene una obra monstruosa.
Al monstruo, a lo monstruoso, le corresponde el calificativo de creatura: una criatura, algo creado/ criado: una creación.

“Señoras y señores: El arte es... un ser marionetesco, yámbico-pentápodo... y falto de hijos”... el arte, señoras y señores, es también, con todo lo que le pertenece y lo que habrá de añadírsele, un problema...”
“Pero, cuando se habla de arte, nunca falta alguien que esta presente y... en verdad no escucha”
“Se rinde homenaje aquí a la majestad de lo absurdo que da testimonio de la presencia de lo humano”I

Retomar estos recuerdos estimula pensar los lugares y las cosas. De que manera se han sucedido y suceden las practicas artísticas tanto fuera como dentro de una institución. Puede pensarse en espacios saludables a través del ejercicio del arte?

Retomar estos recuerdos como ejemplos es con la sola intensión de poner sobre la mesa un conjunto de acontecimientos (estéticos) donde hay un hacedor y un espectador. Lo único que se necesita para darle valor (un valor) a lo que una persona produce, que exista publico, que haya lectores. Que las cosas hechas por las personas puedan verse, mostrarse, presentarse. Que sean aceptadas es otro cantar. Vale la frase de Artur Bispo do Rosario, que desarrolló su obra plástica en la colonia psiquiátrica Juliano Moreira de Rio de Janeiro, obra inspirada por los ángeles y por la virgen María, que seria presentada al todopoderoso el día del Juicio Final… “Para que cosechar flores si no tengo a quien dárselas” II

Haciendo un paralelo temporal, en Francia, Antonin Artud dibujaba y escribía con grafito, crayones y carbonillas. Escribía correspondencias expresando sus estados de ánimo desde el Asilo de Rodez –y es en este género epistolar que posteriormente son publicados los libros conocidos como “Cartas desde Rodez I” (1943/44) y “Cartas desde Rodez II” (1945/46). La celebrada cantante, poeta y performer estadounidense, Patti Smith, cuando adolescente, rastreó la obra de Artaud...”empecé a recorrer galerías de arte, y un hombre, en una pequeña galería simpatizó conmigo porque yo siempre estaba preguntando: ¿podes ver realmente estos dibujos?””...miro estos dibujos hechos en Rodez, lo que siempre veo es inteligencia”- responde Patti Smith en una entrevista, publicada por el Museo de Arte Moderno de Nueva York, en 1996. III

Se puede seguir nombrando, citando y seguir recordando. Podría ser un recorrido puramente anecdótico. Lo deseable, es, subrayar los modos, de qué manera, en qué forma, bajo qué condiciones estas personas desarrollaron y desarrollan, una obra. Si bien obra es una palabra poli semántica, puede entendérsela, a grandes rasgos, como el trabajo puesto en una cosa. Esa cosa, contextualizada en el terreno del arte, puede terminar siendo una pintura, un dibujo, un libro; o puede ser cualquier otra cosa producida, inventada, con características propias: hacer cosas, obedece a la construcción de un objeto particular. Posiblemente éste sea el sentido de la práctica artística: el estilo de cada uno adopta para desarrollar una obra. El estilo es el modo, la manera, la forma y también es la política de utilización del tiempo para construir esa cosa.

Trasladar esta idea de practica artística (de producir obra) y situarnos en la institución psiquiátrica, no cambia mucho, puede que el traslado implique nombrar las cosas con otros nombres (arte terapia) y el hacer del arte, sea entendido solo, como un dispositivo de la psiquiatría.

El transcurrir en una institución psiquiátrica no es fácil, ni es necesariamente lindo. El psiquiátrico es una institución donde la gente que lo asiste es para recibir un tratamiento (tratamientos que se transforman en vida entera). Dentro de este acontecer de espera, la vida institucional hay un tratamiento/uso del tiempo libre. Ahí la gente hace cosas, escribe, pinta, lee, dibuja, arma y desarma. Producen cosas en un espacio institucional. Cada uno puede comunicar algo utilizado las herramientas que la actividad artística proporciona, armando un estilo –a veces intransferible-, o un lenguaje –propio-: el mundo que cada uno vive.

Miguel reconstruye en dibujos la cartografía de tras las sierras, con detalles de calles, plazas, monumentos y caminos en desuso. En el reverso de la página hace unos personajes originarios, comechingones –dice-. Pregunto ¿qué es lo que has hecho? ...invento –dice- ... pero estos lugares que nombras, ¿existen? Si –dice- son lugares por donde anduve pisoteando.

Mas allá de si son caminos saludables, más acá la posibilidad de generar un espacio para que cada proceso signifique –dice, dicen que cubrir el tiempo en algo productivo es entrar en sintonía con un ejercicio saludable-.

“es probable que el arte no nos convierta en personas mejores, pero nos ayuda a soportarnos mejor a nosotros mismos y a nuestra soledad”, escribe Harold Bloom en un ensayo sobre Shakespeare.

La función del arte se abre. Esta abierta. Siempre estuvo abierta.

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