lunes, 3 de agosto de 2009

Arte y necesidades educativas Especiales - por Enrique "Lalo" Nores Martinez


Enrique “Lalo Nores Martínez
Profesor de Expresión Corporal Danza
Profesor en Técnicas Integrales de Teatro y Dirección Actoral Danza Terapeuta


Mi nombre es Lalo Nores, yo soy Profesor de teatro recibido en la Escuela Superior Integral de Teatro Roberto Arlt, el profesorado de teatro de la Provincia de Córdoba, y voy a compartir con ustedes una experiencia muy significativa que tiene que ver con lo alumnos que se integran de una institución, a otra.
En la Escuela nosotros tenemos el Profesorado de Artes de la Provincia y dos carreras muy nuevas: la Tecnicatura Superior en Métodos Dancísticos y la Tecnicatura Superior en Técnicas Teatrales.
La experiencia que voy a contar ocurrió en el profesorado de teatro que tiene quince años y, por lo tanto, muchas experiencias de integración que empezaron antes. Y también tiene estas dos carreras nuevitas, estas Tecnicaturas que están como despertándose. La integración es concretamente en la experiencia que voy a exponer, con personas con discapacidad o con capacidades especiales, es lo mismo, las palabras no cambian las situaciones, cambian las situaciones según como las digo y como la uso. La experiencia en este momento es, concretamente en teatro, en el Instituto del Lenguaje y la Audición, con personas sordas, con los tres tipos de sordera: hipoacúsicos, sordo puro y sordomudo. Y también el trabajo con multi- impedidos, que son personitas, lo más chiquitines, que además de sordo tienen sumadas otras discapacidades como discapacidades motoras y ceguera. Todas las dificultades que ustedes puedan imaginar están presentes en los chicos integrantes de esta experiencia. Estamos trabajando hace ya siete años. De mi nació un taller gratuito en este instituto de sordos. Ellos sólo tenían expresión corporal danza y luego yo presenté este proyecto de teatro y lo aceptaron.
La escuela es una escuela oralista. Significa que los sordos tienen que leer los labios, tratar de no signar, no utilizar el lenguaje signado, cosa que en el taller de teatro resultaba muy difícil porque estábamos perdiendo la esencia de la expresión: el sordo para poder transmitirme a mi lo que había entendido, por ejemplo, por conflicto, realmente al tratar de articular la palabra y explicarla perdía la esencia de lo que en realidad sentía por esta palabra.
Pedí autorización en el Profesorado de Artes de la Provincia, en la Escuela de Teatro Roberto Arlt, bueno, no sé si a todos les pasa lo mismo, pero yo amo mis lugares de trabajo, los siento realmente mi casa, y en ese momento con muchísimo la Directora me autorizó a introducir en la cátedra en la que yo estaba trabajando, la posibilidad de que los alumnos fueran cruzándose de casa, y fuera a trabajar con estos chicos con discapacidades que yo amaba, que formaban parte de mi vida. Me parecía que era incoherente contar o tratar de dar técnicas en expresividad y movimiento en un Profesorado, y no contarles que había una mitad de mí que amaba profundamente otro lugar, donde había otra manera de expresarse y otro movimiento.
La Directora lo autorizó. Esto empezó a nacer muy de a poquito, en este momento en la casa nuestra en el profesorado que está en la Ciudad de las Artes tenemos muchísimos talleres libres. Hoy ya hace dos o tres años tenemos el taller de lenguaje de señas, libre. Esto tiene que ver con la predisposición de los directivos. Yo le tengo que agradecer profundamente a Carlos Pérez que es nuestro director, que es el que nos está apoyando permanentemente.
Los alumnos de esta experiencia, nuestros alumnos, están como técnicos en las obras de teatro del ILAC y están como actores en el estreno de “El jorobado de París”, el musical de Pepe Cibrián Campoy. Por supuesto, con la anuencia de Pepe y de su asistente, puse el 29 de agosto en escena esta obra con mis chicos. En el pueblo, en los gitanos, había 80 gitanos, estaban mis 45 actores sordos y había 40 actores extras, de los cuales los sordos, dicho por ellos y no por mí, y por supuesto en lenguaje signado, aprenden día a día.
Ayer tuvimos nuestra última función, y por supuesto que después de ella decimos muchas gracias a los actores que nos acompañan, porque realmente forman parte del equipo. Un día de ensayo sin los actores, como le dicen ellos (hace la seña) estudiantes – ellos- y actores –a los otros-; ellos se han diferenciado así, es para ellos muy complejo.
Están aprendiendo día a día de nuestros alumnos y de este cruce maravilloso y esta integración. Este tipo de experiencias también tiene que ver con una situación problemática de la realidad: hoy las leyes de discapacidad parecen mostrar que todo es re-fácil, recuerden que vivimos en la época de la sopa Quick. Ya la sopa de la abuela no se elabora más pero en cinco segundos Ud. tiene una sopa como la de la abuela.
Entonces es muy fácil decir “abrimos las puertas de las instituciones. Los alumnos con discapacidad o con capacidades especiales tiene que ser integrados” y en esta integración aparece la primera discriminación: Los docentes y los alumnos sin discapacidades no están preparados para integrarse. Esa es una realidad con la que se encuentran nuestros alumnos egresados.
Hoy por hoy, el arte-terapia o sea la terapéutica dentro del arte y vinculada con el arte nos hace encontrarnos con personas con capacidades diferentes permanentemente en cualquier taller libre. Inclusive los profesores de Danza tenemos alumnos con discapacidad y tenemos que aprender a relacionarnos con ellos. Yo he incorporado en mis clases de cuerpo-movimiento en el profesorado, el lenguaje signado, entonces trato de dar las clases mientras signo simultáneamente. De esta manera mi idea es abrir la cabeza, que creo que lo he logrado, abrirla… no porque la tengan cerrada, sino porque desconocen, porque no saben que existe el lenguaje signado. Entonces le doy la posibilidad de generar una inquietud y así como puedo explicar el método Perth de Alexander, o las calidades del movimiento de Rudolph Lavan, también espero deseo que me frenen y me pregunten: ¿Esa seña que significa? Y pueden de a poquito ir entrando en el mundo que luego van a compartir con los chicos especiales en los ensayos.
En este momento, como ya dije, nuestros alumnos del Profesorado están trabajando como actores y como técnicos. Otra cuestión que los sordos ignoraban era que existía la técnica. El teatro, desde donde yo lo enfoco con el equipo que trabaja conmigo, es maravilloso. De coreógrafa, tengo comprometida hasta la profesora de Educación Física. Realmente están todos. La verdad es que no me puedo quejar.
Estamos trabajando con la idea de marcar las entradas y salidas del texto con las luces. Para eso este año, con muchísima suerte y una bendición divina, pude regalarles una consola de luces especiales y un equipo de música especial vinculado a la consola. Entonces, de acuerdo a como vos la pautes, la consola responde y ellos saben cuándo tienen que entrar y salir. Esta experiencia es realmente maravillosa, magnifica, porque mis alumnos no son personas con discapacidad que hacen Teatro. Son artistas. Ellos entran, acomodan su vestuario, lo desacomodan, están aprendiendo de maquillaje. Cada uno ya se esta enamorando desde algún lugar, ya hay algunos que preguntan si cuando terminen el CBU pueden hacer el Profesorado, ya quieren cruzarse a nuestra casa.
Esto tiene que ver con un contagiarnos permanentemente. Para poder integrarse tienen que saber como hacerlo. Quiero que sepan, además, que tuvimos una gran lucha. La tuve personalmente, cuando tuve que explicar que en Teatro yo necesitaba la expresión. Y a mí me habían comprometido a través de un acta, (eso me pasa por no leer…) el día en que me convocaron como docente y llené todas esas cosas que se llenan, me hicieron firmar un acta divina, en un libro grande. Me dije “será la bienvenida de la escuela”. En realidad decía que el profesor fulano de tal, con DNI tanto, se comprometía a dar el Teatro oralizado y en función de la oralidad y no sé que cosas… me quedé helado. Mi primera experiencia fue terrible: era un grupo de 60 alumnos y yo con un listado, entonces yo preguntaba: “Mónica” y nadie me contestaba. Y le preguntaba a uno el nombre, y me decía “miooininicaaa”, y yo “muy bien”, está presente. Entonces empecé a buscar otras maneras de comunicarme y empecé a luchar con esto de que la oralidad no iba, y este año tuve la autorización de poner un signante, un traductor e intérprete de señas, para poder traducir el texto del jorobado.
Los chicos en la obra, por primera vez en la historia de la Escuela, están usando las señas. Así que el publico puede oír las canciones cantadas por los cantantes originales del musical y al mismo tiempo pueden entender el lenguaje de señas lo que esta ocurriendo. Con su gramática, con su construcción. Esto para los chicos también fue difícil, porque están enseñados a no signar o a tratar de signar lo menos posible, y con esto de tener que signar de sus propios compañeros o docentes les cuesta, pero bueno hemos llegado bien con este tema.
Creo que es una experiencia maravillosa y que hay que intentarla: creo que hay que cruzarse, hay que imitar a los docentes que nos acompañan, y a los directivos que tiene esta posibilidad de abrir las puertas. Quiero que sepan, además, que uno de los lugares más difíciles para abrir las puertas son las escuelas de discapacidad. Recuerden que en discapacidad o capacidades especiales el tema es “pobres chicos, en la casa no barren, no trabajan, no hacen nada. ¿Por qué? Porque son sordos, pobres”. Entonces vos les decís “señora mamá, el chico se está portando como la mona en clase” y la señora mamá te dice “bueno es que en casa no hace nada”. ¿ y por que no hace nada? “y por que no lo dejo” ¿ y por que no lo deja? “y porque es sordo”. “Señora, puede ser sordo y barrer, o tenderse la cama”. Por esa postura las más duras para abrir son las instituciones para discapacitados y, por supuesto, también el ILAC.
Sin embargo, a pedido mío, gracias a la gestión de una directora muy copada, me permitió que los alumnos entraran y salieran de la escuela. Entonces, en este momento, ya somos parte los unos de los otros de manera igual, y bueno, ayer volvimos a hacer la ultima función del Jorobado, con esta experiencia. Estaban los técnicos de la Tecnicatura Superior en Técnicas Teatrales maquillando y vistiendo, mientras estaban iluminando y trabajando con el seguidor; mientras estaban los actores ayudando a prepararse a los otros actores. Y también están aprendiendo de a poco el lenguaje de señas, entonces cuando estamos entre patas, por ejemplo, el sordo no puede estar sin ver. Si el sordo esta en una obra de Teatro sin ver, empieza a hablar. Todo es así, entonces el mundo se hace muy complejo, necesitan mirar. Entonces, mientras están entre patas, los actores que no saben lenguaje de señas pero captaron una seña hace un tiempo atrás en algún ensayo, van signándoles a los sordos, y viceversa. A veces no se entienden nada, pero es muy interesante vivirlo y sentirlo.
Esta es la experiencia que traigo. Creo que es muy importante decir que se debe a la apertura de las autoridades, de quien cumple el rol de director, de profesor, inclusive de los profesores de las prácticas docentes de los que tengo la suerte de tener hoy a dos acá. También en algún momento los alumnos han hecho la práctica y han cumplimentado el tiempo que debían cumplimentar de práctica en el instituto.
Lo único a lo que yo apunto es a que la integración sea de verdad, que sea encontrándonos desde todos los lugares. Voy a contar una experiencia muy simpática para terminar. Les explico primero: lo que hice al comenzar a trabajar con estos jóvenes fue hacerles ver una obra de teatro con actores de verdad. Primero vieron la obra Robín Hood. Con estos chicos hay que modificar algunas cosas y tener mucho cuidado con el sentido de lo que ven. El príncipe de los ladrones puede llegar a ser un tema muy interesante para ellos por que le falta intelectualizar al sordo e internalizar principios éticos. No tiene desarrollado el deber ser, la construcción del deber ser. Entonces es bastante complejo trabajar con ellos. Vieron en la obra a dos actores de verdad dándose un beso: Lady Marian y Robín Hood. Esto generó en ellos miles de cosas, curiosidad e inquietud. Al año siguiente hicimos Romeo y Julieta, sin escenografía, sin vestuario, ellos eran los protagonistas, y, en un momento aparecía el primer beso. Se trabajó todo el año sobre eso, de hecho la Escuela hizo un taller docente sobre sexualidad por lo que despertó ese beso.
Ahora vamos avanzando en el tiempo y ellos han entendido el rol que tienen que cumplir como actores. Uno de los roles que tiene que cumplir como actores es mostrar su trabajo a todo el mundo. Entonces ya dejo de ser la obra de sordos para sordos. Es una obre de sordos para publico en general. Las ultimas dos funciones han sido para el publico en general.
Cuento ahora la anécdota prometida: ayer la vivencia fue muy fuerte, porque parte del público eran ciegos estaba el Instituto Hellen Keller de ciegos, todos muy chiquitines. Ellos tienen traductores: mientras nosotros vamos actuando les van contado la obra de costado, distintos profesores, al oído. Y antes de terminar, mientras yo estaba despidiendo al público se acerca las profesoras y me dicen que los chicos ciegos tienen la gran necesidad de tocar al jorobado. Me preguntan: ¿El jorobado se dejara tocar? Necesitan tocar la joroba del jorobado y entender como es el jorobado. Ya saben que era discriminado por feo. Ya conocen la historia, pero necesitan saber que era bueno. Entonces le hable con señas al jorobado. El jorobado por supuesto acepto gustoso. Se puso delante, bajó del andamio que hace de catedral y los ciegos trataban de irlo recorriendo y decían: “Es muy grande”, “¿Es muy feo?”, preguntaban. “¿Es muy malo?”. Y claro, el jorobado no habla, porque es sordo, entonces la experiencia era muy extraña, por que los ciegos le hablan al sordo y el sordo no les podía contestar y no podía signar, por que los ciegos no lo veían, entonces fue una cuestión de intérpretes. Se armo una interpretación que no les puedo explicar lo que era. Pero bueno, es una experiencia más, maravillosa, de lo que estamos viviendo. Repito, creo que lo importante es abrirse desde las instituciones e integrarse. Para eso necesitamos capacitarnos, estudiar mucho. Cada uno desde lo que le interesa y pueda. Quien quiera bailar tiene que estudiar mucho de la danza y quien quiera actuar, mucho del teatro, y quien quiera ser docente tiene que estudiar mucho de pedagogía, y quien quiera trabajar con personas especiales tiene que investigar mucho sobre ellas.

1 comentario:

  1. Lalo Nores Martinez UNA ENTREGA TOTAL A SU PROFESION CON MUCHO AMOR AL PROJIMO.-
    FAMILIA DE SIMONE

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